Y vino uno de los siete angeles que tenian las siete copas llenas de las ultimas siete plagas, y hablo conmigo, diciendo: Ven, te mostrare la novia, la esposa del Cordero. Y me llevo en el Espiritu a un monte grande y alt, y me mostro la ciudad santa, Jerusalen, que descendia del cielo, de Dios, y tenia la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra muy preciosa, como una piedra de Jaspe Cristalino Tenia un muro grande y alto con doce puertas, y en las puertas doce angeles; y en ellas habia nombres esceitos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.